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23 Gómez Gómez 1993, p. 152 24 Sanz Fuentes, Calleja Cuesta 2004, p.134; Lorenzo Cadarso 1999, p.96; Fernández-López 2018, p. 286 maría luisa domínguez-guerrero nada por el albacea del difunto, que explica que ha acudido a la Audiencia a traer los bienes tras recibir el mandamiento del visitador. Las otras sí se nos han conservado y, aunque todas se autodenominan cartas de mandamiento, difieren en su estructura formulística. La del expediente 3 es la única que posee un esquema más similar al de una carta de provisión muy simplificada, con inicio intitulativo, notificación “hago saber a vos”, dirección, exposición de hechos, y dispositivo yusivo “por ende, yo vos mando”, sin cláusulas de refuerzo, cerrando directamente con la data y las suscripciones. En el caso de los expedientes 2 y 4 la forma escogida es más parecida a la de un auto o decreto judicial,23 aunque tampoco de forma exacta. Iniciándose con la data, el documento expone después la comparecencia del juez, del que se da su intitulación completa, ante el escribano, sigue con la exposición de hechos, realizada en tercera persona y el dispositivo yusivo reforzado con una cláusula de sanción penal económica en el primer caso ycon una cláusula de sanción indeterminada “[de no hacerlo] se proveerá lo que sea justicia”. Tiene sentido que, siendo los autos de bienes de difuntos un proceso judicial, que muchas de las tipologías que se empleen sean las propias del ámbito procesal.24 A esta orden, le sigue la presentación de los documentos relativos a los bienes de cada difunto y a la realización de ciertas gestiones al respecto. Las actuaciones realizadas y su plasmación documental dependerán de las circunstancias específicas de cada caso, por lo que será posible encontrar una amplia variedad de tipologías documentales. Sin embargo, hay tres instrumentos públicos que serán hallados en todos los casos, pues suponen en elemento imprescindible para la correcta administración de los bienes del difunto, que son la carta de inventario, la carta de venta en almoneda y la toma de cuentas. Curiosamente, el testamento, que debería ser el elemento indispensable, no aparece en todos los casos, ya que no siempre el fallecido había dejado por escrito sus últimas voluntades o al menos no siempre habían 611

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