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70 Costums de Tortosa, rúbrica 6.4.10. 71 Traducción: con conocimiento de los dichos mis albaceas. 72 Chiodi 2002, pp. 489–491. 73 Piñol 1998, pp. 93–108; 126–159. daniel piñol-alabart y se indica expresamente que no pueden retener ningún bien del causante. Si reciben alguna cosa es a través de un legado o en pagoratione dicte manumissorie establecido por el causante.70 Muchos testamentos insertan textos que expresan la voluntad de los causantes de conceder un papel relevante a los albaceas. Por ejemplo, cuando se cierra el listado de legados de tipo religioso se da la indicación que el dinero restante se dedique a obras pías a coneguda dels dits nostres marmessors71 o incluso a su libre voluntad, ad cognicionem meorum manumissorum et ad suam voluntatem. Después del nombramiento de los albaceas,la segunda disposiciónes la reparatiocon la que se solicita que sean pagadas las deudas y restituidas las injurias y, si es necesario, exhibiendo documentos, testigos y libros de contabilidad. Las fórmulas y textos en este sentido son infinitos, por lo que no elaboraremos ahora un elenco, pero la idea más habitual es: volo et mando quod omnia debita mea que die obitus mei debeam persolvantur et omnes iniurias. Los encargados de resolver estas deudas serán los albaceas, mientras no se diga lo contrario a lo largo del testamento, a pesar de que el heredero universal heredará también las deudas del causante. A partir de aquí se desgranan las mandas de tipo religioso con la disposición de una cantidad global, ob remedio animae.72 Esta incluye la elección de sepultura, las misas de cuerpo presente, novena, cabo de año y aniversario, los trentenarios (generalmente son las llamadas misas de San Amador) y los diferentes legados a iglesias, santuarios y conventos. A los legados religiosos se añaden aquellos destinados a la caridad y la beneficencia (hospitales, pobres vergonzantes, doncellas para casar, redención de cautivos).73 Estos últimos ejemplos se relacionan nuevamente con el interés por la salvación eterna convirtiendo la limosna y la caridad en un instrumento más para conseguirla. La cantidad destinada a todos estos primeros legados es en razón de la salvación del alma (accipio pro anima mea), y a menudo la principal beneficiaria es la parroquia del causante. Por esta razón se conservan libros 595

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