RS 33

12 García-Gallo de Diego 1982. 13 AHN, Consejos, leg.31247, ff.219–252. 14 ACT, doc. E6A14. 15 AHNOB,Osuna, C.218, D.152, f.6. 16 Sarrión Gualda 2005; Pérez Herrero 1995–1996. 17 Pardo Rodríguez 1993, pp. 91–92. 18 Marín Ramírez 1996. diego belmonte fernández Si los clasificamos en función de suiter documental se advierte que en todos los casos nos encontramos ante un testamento abierto.12 Alguno fue cerrado, incluso hay dos que posiblemente fueran hológrafos, pero más tarde todos se pusieron en pública forma, y es esa versión la que ha llegado hasta nosotros, no habiéndose localizado en ningún caso un testamento cerrado u hológrafo original. En estos casos, la protocolización por parte del notario se redacta en forma objetiva, frente a lo que sucede con el testamento abierto, trazado en todo caso de manera subjetiva. Así encontramos situaciones, tanto en el ámbito de la Iglesia, como Sancho Blázquez Dávila, obispo de Ávila,13 o el arzobispo toledano Pedro Tenorio, donde esa certificación aparece al principio y al final,14 que también se aprecia en el mundo laico, ejemplificado con el testamento cerrado de Rodrigo Ponce de León, I duque de Cádiz yIII conde de Arcos:lacualdicha escritura… abrieron cortando con unas tijeras las cuerdas con que estaba cosida y cerrada.15 Mención especial merece un tipo de testamento que, siendo habitual en el ámbito castellano, parece no encontrar parangón en otros espacios europeos, el denominadotestamento por comisario.16 Básicamente, este tipo de documento se materializó mediante la concesión previa de una carta de poder a una persona, generalmente al cónyuge, capacitándolo de este modo para dictar el testamento en nombre de aquel que había concedido dicho poder. Son varios los ejemplos que encontramos en nuestro análisis de este tipo de testamento. Así, a causa de su dolencia, Juana Sarmiento, condesa de Medinaceli, otorga poder a su marido Luis de la Cerda para que lo haga por ella.17 Lo mismo sucede con Teresa Fernández de Figueroa, II señora de Villagarcía, a favor de Gonzalo Sánchez, su marido, para que en su nombre hiciera mejora del suyo, o, al contrario, Esteban Dávila, II conde de El Risco, a su esposa, Elvira de Zúñiga.18 497

RkJQdWJsaXNoZXIy MjYyNDk=