9 ACSC, Tumbo C, fol. 6. 10 ACO, Escrituras 2, nº 42. 11 ACO, Escrituras 20, nº 2–3. 12 ACO, Escrituras 2, nº 36. 13 ACO, Escrituras 1, nº 25. 14 ACO, Tenza da Puga, nº 474. 15 ACO, Escrituras 1, nº 26bis. 16 ACL, pergamino 1515. wills from the cathedral archives of león and castile, c. 1150 –c. 1250 las dos primeras décadas del sigloXIII indica a su autor material; luego, a partir de los años treinta comienzan a entrar nuevos actores en la escrituración de las últimas voluntades. Es lo que ocurre, por ejemplo, en 1232, cuando dictó testamento el arcediano compostelano –y propietario de algunos libros indeterminados – Adán Fernández; no lo hizo ante alguno de los notarios que nombraba el cabildo en la ciudad de Santiago, sino ante uno de los notarios del número del concejo, que lo suscribió como notarius concilii Compostellani iuratus;9 en 1245, su sucesor en la notaría del concejo hizo lo propio para el canónigo orensano Pedro Muñoz.10 Orense también tiene un importante protagonismo en esta historia, en la persona del escribano Gregorio Pérez, activo desde 1224. Diez años más tarde suscribió el testamento del canónigo Fernando Rodríguez con la sencilla indicación deGregorius Petri qui scripsit,11 la misma que empleó en 1227 al extender el testamento del deán Oerio Ordóñez.12 Por eso es muy interesante que en 1249 suscriba el testamento del deán Alfonso intitulándose ya publicus notarius y afirmando su presencia: interfui aduocatus et scripsi,13 el mismo título que empleó en 1250 al redactar el testamento de doña María Vázquez.14 Enese mismo año, el canónigo Fernando Pérez dictó su testamento ante otro canónigo orensano, Fernando Peláez, quien lo suscribió con el título de cancellarius ciuitatis Auriensis,15 que no era más que la versión local del escribano del concejo. Como era de esperar, el protagonismo de Compostela y Orense en la recepción de la práctica notarial antes de la reforma alfonsí se hace notar también en la práctica testamentaria. Fuera de Galicia, el único caso que se puede sumar a este es un ejemplo procedente de la ciudad de León, donde en 1244 el testamento de don Bartolomé fue suscrito porPedro Iohan, notario, que apuso su signo a ruego del testador.16 410
RkJQdWJsaXNoZXIy MjYyNDk=